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Joven apicultora de San Clemente busca convertirse en exportadora de abejas reinas


En el entorno natural del sector El Roble, en la precordillera de la comuna de San Clemente, entre quillayes, robles, maitenes, boldos y madroños, la joven apicultora Marcia Vilches Amigo (30) está impulsando un prometedor emprendimiento de producción de abejas reinas.

Marcia estudio administración de empresas en su liceo, pero no era lo que más le entusiasmaba, y tras probar diferentes actividades de temporada en el campo, como el trabajo en arándanos y manzanos, derivo a las abejas, siguiendo los pasos de un destacado apicultor de la zona, Néstor Albornoz, quien la introdujo en esta fascinante labor.

“Don Néstor me invito a trabajar con él y el primer día no llegué, porque me dio miedo. Al otro día sí fui, me puse el traje apícola y todos los implementos de seguridad y no me picó ninguna abeja. Ahí empecé a ir todo los días y comencé a aprender el trabajo en las colmenas”, explica-

Una vez que se sintió segura, decidió independizarse y partir con su propia empresa, Colmenares Apimar. El camino no fue fácil. Partió con una colmena, que a poco andar sufrió el ataque de las hormigas. Pero esto no la desanimó.

Tomó nuevas fuerzas y adquirió dos nuevas colmenas, a las que se abocó por completo. Hoy tiene un plantel de 250 colmenas y se dedica a la producción de miel en forma artesanal, presta servicios de polinización y cría abejas reina.

Su decisión de permanecer en el campo no es una casualidad, sino la convicción personal de que su lugar está entre la naturaleza y en la tierra que la vio crecer.

“A mí en general no me gusta el ruido. Voy a Talca y vuelvo colapsada. Me gusta la tranquilidad del campo, la soledad, todo lo que tenga que ver con la ruralidad. Para qué irme a la ciudad sí aquí hay algo que me gusta y que puedo desempeñar sin molestar a nadie. Es un trabajo lindo y como siempre he estado ligada al campo no me vería en otra parte, no sería feliz en otra parte que no fuera el campo”, indica.

APOYO INCONDICIONAL

En su emprendimiento apícola, la joven cuenta con el apoyo incondicional de sus padres, Victoria y Baldomero, de quienes aprendió el amor por la tierra. Marcia fue usuaria durante tres años del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) que el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) ejecuta en alianza con la Municipalidad de San Clemente, y desde 2014 participa en el Servicio de Asesoría Técnica (SAT) y, a través de la Cooperativa Apícola El Quillay, de la cual es socia, en el Programa de Asociatividad Económica (PAE). También forma parte del Programa Yo Joven & Rural de ese servicio del agro.

La joven ha puesto especial énfasis en convertir la crianza de abejas reinas en uno de los pilares de su negocio. Esto la llevó en 2017 a presentar un proyecto al concurso “Mi Raíz”, de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), orientado al desarrollo de ideas de emprendimiento innovador de jóvenes rurales.

De 360 postulaciones, ella fue una de las 17 ganadoras. Su idea es convertirse en productora de abejas reinas y en el corto plazo exportarlas. Se trata de abejas genéticamente mejoradas, de alta sanidad, resistentes a las enfermedades y con una alta producción de miel.

En la producción de abejas reina, Marcia está trabajando con la técnica de traslarve. En términos simples, este método consiste en seleccionar una colonia madre para la selección de larvas (buena productora de miel, con buena resistencia a las enfermedades, con bajo instinto defensivo y baja tendencia a enjambrar y a emigrar), las que luego se introducen en una colonia incubadora (con abundantes abejas nodrizas, huérfana de reina, con pocas crías abiertas y abundante alimento).

“Mi meta es abastecer a la región y a otras zonas del país. Hace unos días realicé mi primer envío de 25 reinas a Osorno, algo que me tiene muy contenta. En los próximos años me gustaría exportar reinas. Hacer reinas es un proceso meticuloso y pocos se dedican a eso porque casi la mayoría de los apicultores son de avanzada edad y hay pocos jóvenes que tienen este interés”, indica.

El proyecto “Mi Raíz” le proporcionó financiamiento para adquirir infraestructura, como marcos, trajes, cajones, materia prima de calidad e insumos para materializar su idea con propiedad. Ya está próxima a finalizar las instalaciones de su sala de crianza.

Respecto a la miel que produce, Marcia cuenta que principalmente se obtiene del néctar de las flores del quillay y del mardón o madroño. Durante la última temporada, Colmenares Apimar logró producir cerca de una tonelada de miel, la que en un 80% fue destinada a la exportación a través de empresas como Apicoop y Agroprodex. El 20% restante se quedó en el mercado local.

La apicultora siente que hoy se están abriendo más oportunidades para que los jóvenes y mujeres rurales puedan concretar sus ideas de negocio, tal como lo ha hecho ella.

“Creo que de a poco las mujeres se han metido en diferentes rubros y han podido salir adelante. INDAP y otras entidades están apoyando mucho nuestros proyectos. A mí me eligieron como emprendedora joven y le estoy echando hartas ganas. Si no fuera por INDAP y FIA tal vez no estaría haciendo todo lo que hago”, enfatiza.

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