Una tensa conversación se vivió este lunes en el comité político ampliado en La Moneda, donde los partidos oficialistas —el Partido Comunista (PC), el Partido Socialista (PS) y el Frente Amplio— manifestaron directamente su preocupación al Ejecutivo por la reforma constitucional anunciada por el Presidente Gabriel Boric, que busca permitir el despliegue de las Fuerzas Armadas en la frontera sin pasar por el Congreso.
El proyecto, anunciado por Boric durante su visita a Colchane, contempla una modificación constitucional que habilitaría al Presidente a ordenar la presencia militar en zonas fronterizas mediante decreto supremo, evitando así el trámite de renovación cada 15 días que hoy exige el estado de excepción.
¿Un nuevo tipo de estado de excepción?
La propuesta generó inquietud entre las colectividades oficialistas, quienes cuestionaron si esta reforma podría constituir un “nuevo tipo de estado de excepción” encubierto, sin los debidos contrapesos institucionales. También reprocharon que los partidos no fueran informados previamente sobre los detalles del proyecto, lo que generó malestar por la falta de coordinación política.
Desde el Ejecutivo, ministros presentes en la cita —incluyendo al ministro del Interior (s) Manuel Monsalve— explicaron que la idea no es nueva y que ya había sido planteada por la exministra Carolina Tohá. Aseguraron además que no se trata de un estado de excepción, sino de una herramienta distinta, enfocada exclusivamente en la protección de fronteras y el control de delitos transnacionales.
Apoyo condicionado
Pese a las dudas, los partidos oficialistas no cerraron la puerta a respaldar la reforma, pero condicionaron su apoyo a que se delimiten con claridad los alcances, los controles institucionales y el respeto a los derechos fundamentales.
“Estamos disponibles para discutir mecanismos que fortalezcan la seguridad, pero con límites claros y respeto al equilibrio de poderes”, comentaron fuentes del comité político tras la reunión.