Emotivo y vibrante. Son las dos palabras que mejor pueden definir lo que fue el reencuentro del cantautor español Joan Manuel Serrat con su público y con el escenario del Teatro Regional del Maule (TRM), la noche de ayer.
El catalán llegó a Talca en el marco de su gira “Mediterráneo da capo”, en la cual tributa a su álbum “Mediterráneo” (1971), volviendo a sus orígenes en un ambiente más sosegado.
A las 21.08 horas la banda de seis músicos que le acompañan rompió con los acordes de la obertura y tres minutos más tarde la voz y el talante de Serrat se hicieron sentir en la sala con los sones de “Mediterráneo”, la canción que le da el nombre al disco y a la gira, tras lo cual y durante la primera mitad del concierto la presentación continuó con la interpretación de cada uno de los temas del álbum homenajeado.
Así, ante un público que repletó la sala y que recibió al artista con calidez y admiración, una a una fueron cayendo como olas en la mar “Qué va a ser mí”, “Vagabundear”, “Barquito de Papel”, “Pueblo Blanco”, “Tío Alberto”, “La Mujer que yo que quiero”, “Lucía”, “Vencidos”, y “Aquellas Pequeñas Cosas”, con la cual completó los diez temas del disco.
Cuando la ovación era cerrada al término del repertorio previsto, el catalán decidió tomar al pie de la letra la expresión que da nombre a su gira y con un “andiamo da capo” (Vamos al inicio, en italiano) rompió los cánones clásicos de un concierto y volvió a cantar “Mediterráneo”, con la que puso en pie a los asistentes.
Tras una breve diálogo, en la que bromeando dijo que así como todos los catalanes hablan francés acá en Talca se habla catalán, prosiguió con su homenaje al mar interpretando “La Mer” en francés; para luego cantar “Luna de Día” y continuar con el reconocido “Cantares”, que fue coreado por todo el público.
Después ese momento de júbilo se produjo uno de reflexión cuando Serrat interpretó en catalán -con subtítulos en español proyectados en una pantalla-, la canción “Plany al mar”, que es una conmovedora crítica a la contaminación de las aguas marinas con plástico.
Luego de ese instante de emotividad vino algo más de distención, aunque también de reflexión, con el tema “Entre esos tipos y yo hay algo personal”; para continuar con “Menos tu vientre”, conteniendo un mensaje hacia el candente tema de la violencia contra la mujer.
Entrando en la parte final de concierto y con el público disfrutando en pleno al artista, se dejaron sentir consecutivamente “Para la Libertad”, “De vez en cuando la vida” y “Hoy puede ser un gran día”, luego del cual fue aclamado por varios minutos junto a su banda de músicos.
En el primer “bis” vinieron dos canciones más, la reconocidas “Penélope” y “No hago otra cosa que pensar en ti”; y finalmente en el segundo y definitivo “bis” interpretó la sosegada “Amo el amor de los marineros”, con versos de Neruda; para cerrar el espectáculo como Dios manda con “Fiesta”.
Fueron 25 canciones para un show de poco más de dos horas de duración, que hizo vibrar y emocionar a los asistentes; con un Joan Manuel Serrat que, al igual como hace trece años atrás, dejó huella e hizo historia sobre el escenario del TRM.
