El primer ministro de Francia, François Bayrou, se vio obligado a dimitir este lunes luego de perder de manera aplastante la moción de confianza que él mismo había presentado en la Asamblea Nacional. Con 364 votos en contra y 194 a favor, Bayrou, de 74 años y con medio siglo de trayectoria política, deberá abandonar el cargo junto a su gabinete, apenas nueve meses después de asumir.
La caída del gobierno se produce tras el anuncio de un severo plan de ajuste que incluía la supresión de dos días festivos y recortes por 44.000 millones de euros. La medida generó un profundo rechazo social, con protestas masivas previstas para este miércoles bajo el lema “Bloqueemos todo”. El fracaso de Bayrou recuerda a su antecesor, Michel Barnier, ambos debilitados por una Asamblea fragmentada e incapaz de sostener a la mayoría estables.
Ahora el presidente Emmanuel Macron se enfrenta a un complejo dilema: nombrar un nuevo primer ministro o convocar elecciones legislativas anticipadas. Sin embargo, ninguno de los tres grandes bloques políticos —izquierda, centroderecha y ultraderecha— cuenta con la fuerza suficiente para lograr la mayoría absoluta, lo que anticipa un escenario de inestabilidad prolongada. Entre los posibles sucesores de Bayrou figuran los ministros Sébastien Lecornu (Defensa), Éric Lombard (Economía), Gérald Darmanin (Justicia) y Catherine Vautrin (Sanidad).