“El Tsunami en el Pacífico resultó un fiasco”, con ese titular un medio argentino catalogó la prevención efectuada por parte de países ubicado en ese extremo de América, desde Estados Unidos hasta Chile, a raíz del tsunami generado por el terremoto 8.8 que azotó al extremo oriente de Rusia.
Recordemos que el miércoles el potente movimiento telúrico registrado a 136 km al sureste de la provincia rusa de Kamchatka, a una profundidad de casi 21 kilómetros -según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS)-, obligó a que más de 10 países con costas en el Pacífico activaran sus protocolos y medidas preventivas ante el riesgo del tren de olas que podría llegar en el día.
En ese sentido, el medio argentino Perfil menciona: “Millones de personas fueron evacuadas en el Pacífico tras alertas por olas que nunca llegaron”.
Cabe precisar que el tsunami sí llegó durante la jornada a países como EEUU en Norteamérica, así como Perú y Chile en Sudamérica.
En algunas zonas costeras el mar se recogió, para posteriormente registrarse el arribo del tren de olas anunciado.
En Chile fue donde más se notó este evento, extendiéndose el aviso de “precaución” -que incluyó la suspensión de clases en todas las comunas costeras– por parte de las autoridades hasta la madrugada del jueves para las zonas del extremo sur del país.
Las estaciones de nivel del mar detectaron amplitudes de tsunami en 28 localidades, con valores que oscilan entre 0.2 y 2.5 metros.
En este sentido, destacaron Boyeruca, en la región del Maule, con 2.4 m; Coquimbo con 1.4 m; y Talcahuano, en el Bío Bío, con 1.4 m. Otras como Caldera y Quintero registraron 0.9 m y 0.8 m, respectivamente.
“El Estado de Precaución no implica evacuación masiva, pero sí alejarse del borde costero, playas y evitar actividades marítimas”, destacó el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).
La proyección que estimaban las autoridades chilenas eran olas con alturas moderadas de entre 1 y 3 metros.
De estas, el riesgo mayor estaba entre la segunda y tercera ola, que históricamente han mostrado mayor capacidad de impacto, según el Dr. Rafael Aránguiz de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).
No obstante, el mencionado diario trasandino menciona que “países como Chile, Perú y Ecuador vivieron horas de tensión, amplificadas por una cobertura mediática que resaltó escenarios catastróficos”.
“Los efectos reales fueron mínimos, lo que dejó en evidencia un desfase entre las expectativas generadas comunicacionalmente y la realidad”, cuestionó.
Pero para expertos como el académico Rafael Aránguiz, doctor en Ingeniería de la Universidad de Waseda (Japón) y que ha estudiado eventos como los tsunamis de 1952, 2010 y 2011, fenómenos similares en el pasado han generado olas de hasta 3,6 metros en Talcahuano.
Asimismo, advirtió que localidades como la bahía de Concepción, Dichato o Coliumo presentan condiciones geográficas propensas a la amplificación de las ondas en eventos como estos.
“En redes sociales, terreno sumamente fértil para el alarmismo, publicaciones virales exageraron los pronósticos, y omitieron que las alertas se basan en modelos conservadores para garantizar la seguridad. Esta narrativa contribuyó a un clima de temor desproporcionado, especialmente en regiones donde el impacto fue nulo o mínimo”, asegura Perfil.
En ese sentido, recuerda que “se evacuaron zonas bajas como Honolulu, que terminaron sin daños reportados. En Chile, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) activó una alerta roja, se evacuó Isla de Pascua y regiones como Arica, pero finalmente rebajaron las alertas a las 05:00 hora local (06:00 en Argentina)” del jueves.
“En Ecuador, casi 1500 personas fueron evacuadas en las islas Galápagos, y en Perú se cerraron 126 puertos, pero ambos países levantaron las alertas a las 20:00 (hora Argentina) de este miércoles. México, Colombia, Panamá, Costa Rica, Polinesia Francesa, Filipinas e Indonesia también emitieron avisos, pero finalmente no reportaron impactos”, agrega el medio.
También aborda que en el propio epicentro del terremoto, Kamchatka (Rusia), “los daños se limitaron a derrumbes parciales en una guardería y el aeropuerto de Elizovo, con cuatro heridos leves”.
“En Japón, se evacuaron 4000 trabajadores de las centrales nucleares de Fukushima y Daini, sin anomalías. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que ninguna instalación nuclear en el Pacífico resultó afectada”, sostiene.
Por lo anterior, Perfil hizo una crítica: “A pesar de la alarma inicial, magnificada por una cobertura mediática que priorizó el sensacionalismo sobre la precisión, el tsunami tuvo un impacto prácticamente nulo”.
Cabe precisar que Argentina no se encuentra entre los países que emitieron una alerta de tsunami tras el terremoto ocurrido en Rusia.
Esto, ya que no representaba riesgo alguno para su territorio, dado que -a excepción de las islas ubicadas Ushuaia, en Tierra del Fuego- su principal zona costera da al Océano Atlántico, sin estar expuesta al Pacífico.
En ese sentido, según expertos, la Cordillera de Los Andes es una especie de ‘barrera natural’ para cualquier perturbación que pueda llegar desde el Océano Pacífico.
Su vecino de Los Andes, Chile, es un país sísmico y en más de una ocasión se ha visto azotado por dos de los más potentes terremotos y tsunamis de la historia: en 1960 y 2010. Asimismo, es el país cuya costa más abarca hacia el Océano Pacífico en Sudamérica, por lo que sus autoridades han desarrollado protocolos de prevención ante cualquier riesgo de tsunami desde otros países, pese a a que puedan estar ubicados a miles de kilómetros de distancia, como ocurrió en 2011 en Japón, cuyo terremoto y tsunami también forma parte de los más devastadores del último siglo y generó alarma en Chile en aquel entonces.