Han pasado más de cinco décadas desde que Bernarda Vera fue inscrita como detenida desaparecida durante la dictadura de Augusto Pinochet, figurando en el Informe Rettig como una de las 1.162 víctimas cuyo paradero se desconocía. Según este informe, Vera, profesora y militante del MIR y del Movimiento Campesino Revolucionario, fue detenida el 10 de octubre de 1973 en Trafún y presumiblemente ejecutada en el puente Villarrica sobre el río Toltén. Su familia recibió reparaciones del Estado y su hija la buscó durante años, creyéndola desaparecida.
No obstante, investigaciones recientes de Chilevisión y Reportea sugieren que Bernarda Vera estaría viva y residiendo en Argentina, generando un quiebre en la versión oficial. Testimonios de exmilitantes del MIR y documentos del Servicio de Migraciones sueco indican que Vera habría escapado hacia la montaña, luego a Europa y finalmente regresado a Sudamérica, donde habría formado familia. Incluso su hijo confirmó que se trata de la misma persona, quien solo busca vivir en paz.
La revelación ha provocado cuestionamientos a la gestión del Estado y del Plan Nacional de Búsqueda de detenidos desaparecidos. Autoridades y expertos critican la demora en la denuncia de esta información, mientras que un ministro en visita de Temuco abrió un cuaderno reservado para investigar si hubo negligencia en la diligencia oficial. La indagatoria será clave para esclarecer si se cumplió el deber del Estado en relación con el caso de Bernarda Vera.