La ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, abordó públicamente el impacto del caso Monsalve en su gestión y reconoció que evaluó dejar el cargo, aunque finalmente decidió continuar. En conversación con CNN Chile, la secretaria de Estado aseguró que, pese a la molestia y tensión del momento, optó por mantenerse en funciones debido a un compromiso que, según dijo, iba más allá de lo personal.
En ese contexto, Orellana hizo una autocrítica respecto al manejo inicial del caso, señalando que no participó en las primeras decisiones y que le habría gustado contar antes con más antecedentes para aportar desde las directrices del ministerio. Además, reconoció que reaccionó públicamente estando molesta y sin tener toda la información, lo que —a su juicio— contribuyó a acentuar la controversia.
Consultada directamente sobre la posibilidad de renunciar, la ministra confirmó que lo pensó, pero explicó que decidió seguir adelante porque existían tareas pendientes de alta relevancia, como la publicación del reglamento de objeción de conciencia, trabajado durante dos años junto a organizaciones y expertas. “Centrarse en la tarea, a veces, es una buena forma de esquivar la turbulencia”, concluyó.

