La economía chilena volvió a dar señales de debilidad en agosto, luego de que el Banco Central informara que el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) registró un alza de solo 0,5% en comparación con el mismo mes del año anterior. El resultado no solo decepcionó al mercado, sino que también se convirtió en el peor desempeño desde marzo, cuando la actividad cayó a terreno negativo con -0,1%.
La cifra confirma la tendencia de desaceleración, ya que en julio el indicador también sorprendió negativamente con un modesto 1,8%, muy por debajo del 3,1% alcanzado en junio. El desglose de agosto mostró caídas significativas en la producción de bienes, arrastrada por un desplome de 8,6% en la minería, especialmente en la extracción de cobre, lo que evidencia la falta de dinamismo en sectores estratégicos para el país.
Mientras tanto, el comercio y algunos servicios lograron cifras positivas, pero insuficientes para revertir el cuadro general de estancamiento. Con la economía mostrando retrocesos en sus componentes desestacionalizados y un crecimiento cada vez más frágil, las críticas apuntan directamente al gobierno, acusado de carecer de medidas efectivas para impulsar el crecimiento y evitar que Chile siga “coronando” uno de los desempeños más débiles de la región.