El fiscal nacional, Ángel Valencia, abordó este lunes la polémica liberación del presunto sicario del Tren de Aragua, vinculado al homicidio del llamado “Rey de Meiggs”. Según informó, el ciudadano venezolano, identificado finalmente como Alberto Mejía Hernández, ya había sido detenido dos veces en 2022, cuando era menor de edad, pero en ninguna ocasión se le tomó las huellas digitales ni se verificó su identidad real.
Valencia explicó que por entonces no existía una práctica sistemática para realizar el llamado «canje penal», es decir, la comprobación de identidad a través de huellas dactilares. Esto permitió que el imputado entregara un nombre falso —Osmar Ferrer Ramírez— sin que se detectara la suplantación. La falta de verificación fue clave para que el acusado permaneciera en libertad hasta su reciente fuga del país, cruzando hacia Perú por un paso no habilitado.
El jefe del Ministerio Público recordó que esta situación habría sido distinta con el actual «criterio Valencia», que exige a los fiscales solicitar prisión preventiva para extranjeros sin documentación válida. «Si esto hubiera ocurrido hace algunas semanas, habríamos constatado con mucha mayor facilidad que nos había dado un nombre falso», concluyó.