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Especialistas analizan riesgos que se vienen para la agricultura de las regiones del Maule y O’Higgins tras las benéficas lluvias

A los dos sistemas frontales que están afectando durante esta semana la zona centro-sur del país, y que benefician enormemente a la fruticultura y agricultura en general, se sumarían bajas temperaturas posteriores a las lluvias. Es esencial poner atención al control de heladas para evitar daños en especies como el cerezo.

La crisis hídrica que se vive en varias regiones del país ha sido durante los últimos años tema de conversación obligado para el mundo agrícola, y la situación se ha agravado aún más durante esta temporada invernal, con un déficit relevante de precipitaciones, comparable incluso a lo vivido en el año 98-99, en el que hubo racionamiento eléctrico, y a lo ocurrido en la década del 60.

La Región del Maule, que junto a la de O’Higgins, concentra el 80 por ciento del total de hectáreas de cerezos de todo el país, presentaba previo al actual sistema frontal un déficit de un 60% en las precipitaciones respecto a lo normal a la fecha. Han caído apenas 300 mm., mientras que en un año normal la cifra es de 850 mm., y en uno deficiente 500 mm. A esto hay que sumarle el bajo volumen que presentan los embalses, además de las altas temperaturas que se esperan para la primavera.

En medio del análisis de una serie de medidas que afectarán principalmente a los caudales de riego durante esta temporada, los dos sistemas frontales anunciados para el centro y sur del país; aunque no solucionan la grave crisis hídrica, dejan precipitaciones y nevadas en sectores cordilleranos.

“Tendremos dos eventos de precipitación, separados, pero consecutivos; uno que llegó primero el pasado lunes y que afectó desde la región de Biobío al sur, desplazándose a la zona central, y el otro un poco más intenso y concentrado desde la región de Coquimbo al sur. Es importante ir actualizando el pronóstico, pero este sistema frontal, según lo que puedo ver hoy en los distintos modelos, es el más importante del invierno; viene con mayor cantidad de agua concentrada en poco tiempo, acompañado de bajas temperaturas y nieve”, detalló la meteoróloga Michelle Adam.

La especialista aseguró que se esperan entre 30 y 50 mm. de lluvia y que la mayor intensidad del evento climático se trasladó desde el Maule a la región Metropolitana.

“Esta es la lluvia de la esperanza de la fruticultura, nadie esperaba que pudiéramos tener esta cantidad de lluvia en esta época, también puesto con el foco que en la alta cordillera se pueda juntar nieve, pues es el reservorio que nosotros necesitamos para la temporada y que, obviamente se llenen los embalses; esta lluvia nos permite, además, tener un buen llenado de estanques, considerando que los “estanques del suelo” son un reservorio de agua para la temporada, donde las raíces se pueden hidratar, pueden asegurar todo su proceso fisiológico en pro del desarrollo de la planta en primavera”, señaló Carlos Tapia, Asesor especialista en producción de cerezos, y Director Técnico de Avium.

El evento climático en términos de precipitaciones es bastante beneficioso para los huertos de cerezos, considerando la escasez hídrica de la presente temporada, tanto para huertos maduros, como para plantaciones nuevas.

“Esto permite que las nuevas plantaciones que se están desarrollando en este momento también tengan un buen arraigamiento, ya que estas lluvias también permiten la hidratación  de las especies nuevas puestas en el suelo y que esa planta se pueda desarrollar de forma normal en la primera etapa;  y por último, también creo que es la lluvia que esperábamos para todo lo que es el control de malezas de invierno y control de malezas residuales para que los herbicidas se puedan incorporar al suelo y hacer una labor más eficiente para mantener los huertos más limpios en primavera”, explicó Tapia.

HELADAS POST LLUVIA

El sistema frontal que traerá numerosos beneficios para la fruticultura, podría también acarrear una preocupación típica de la época: las heladas.

“Cuando estamos a punto de comenzar la fenología activa de esta especie que tanto nos apasiona, comienzan siempre las preocupaciones clásicas, principalmente de lo que significa riesgo de heladas de finales de invierno y primavera, que claramente regulan nuestro potencial productivo. Estamos ad portas de ir visualizando los estados más avanzados de la fenología a salidas de invierno, me refiero principalmente al estado de rompimiento de brácteas o yema hinchada, y eso nos hace estar atentos a algunos eventos importantes y principalmente la preocupación radica en todo el tema de riesgo por heladas. Si revisamos literatura, en la última década se ha reportado que la sensibilidad en términos de riesgos de daños por frío es en la medida que evoluciona la fenología, desde yema hinchada hasta caída de pétalos o caída de chaqueta”, explicó Tapia.

Según los pronósticos meteorológicos, la próxima semana se presentarán bajas temperaturas; si bien es necesario monitorear a medida que avancen los días, para ver cómo evoluciona el fenómeno climático, hasta el momento se prevé un escenario que podría ser perjudicial para la agricultura. 

“Es bien complejo porque se ve mucha agua en poco tiempo y después se viene frío de nuevo, hemos tenido un invierno con temperaturas muy extremas, muchas heladas antes de tiempo y temperaturas más altas de lo que debiéramos tener, pero vamos a volver al frío matinal, vamos a volver a las heladas”, advirtió la meteoróloga Michelle Adam.

Según el seguimiento realizado por el equipo técnico de Avium, respecto de los actuales estados fenológicos entre Rancagua y Chillán, las plantas en sus diferentes variedades, presentan en su mayoría yema dormida, sin embargo los posibles eventos de heladas posteriores a las  lluvias, podrían generar graves daños en los centros frutales que en ese momento muestren estados fenológicos más avanzados.

Una situación preocupante, pues el mayor riesgo y daño por heladas se presenta temprano en la temporada, desde yema hinchada hasta ramillete expuesto. Si bien también existe riesgo en fruto recién cuajado o caída de chaqueta, este estado fenológico ocurre normalmente en la segunda semana de octubre, donde la probabilidades de heladas son mucho más bajas que en esta época del año.

“Definitivamente el momento más importante y en el que os ponemos más nerviosos es desde yema hinchada a ramillete expuesto, y es ahí donde hoy tenemos que tomar conciencia  respecto de la posibilidad de controlar las heladas; este año hemos visto en zonas tempranas y en zonas cálidas un avance inesperado de los estados fenológicos en función de un par de antecedentes, como por ejemplo el adelanto del uso de los rompedores de dormancia para poder aprovechar estas zonas cálidas, lo que se ha ido acentuando con un alza de temperaturas que tuvieron la región Metropolitana y O’Higgins la última semana de julio, lo que también hace avanzar la fenología. En estas zonas, la preocupación respecto  del manejo de control de heladas debió haber comenzado el 1 de agosto”, indicó Carlos Tapia,  Asesor especialista en cultivo de cerezos.

La recomendación es, si se tiene, utilizar un sistema activo de control de heladas desde yema hinchada hasta el 5 – 10 de octubre en la zona central (hasta caída de chaqueta); en zonas no tan adelantadas se deberían estar controlando heladas desde el 15 de agosto, independiente del pronóstico de intensidad o probabilidad de los eventos, con el fin de cuidar el potencial productivo de los huertos. Además, realizar los ajustes necesarios en los programas fitosanitarios ya cerca del estado fenológico de yema hinchada.

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