El FBI fue incluido por primera vez en una cabecilla del Tren de Aragua entre los diez fugitivos más buscados del mundo. Se trata de Giovanny San Vicente, de 37 años, a quien se le atribuyen múltiples crímenes federales, incluyendo asesinatos, secuestros, prostitución forzada y tráfico de drogas. Estados Unidos ha ofrecido una recompensa de hasta 3 millones de dólares por información que permita su captura. “Ninguna frontera lo protegerá de la justicia”, advirtió el agente especial Douglas Williams, subrayando la expansión transnacional de la banda, con presencia incluso en países como Chile.
El Departamento del Tesoro estadounidense también sancionó a San Vicente, congelando cualquier activo bajo jurisdicción de EE.UU., mientras que la Administración de Donald Trump ha declarado formalmente al Tren de Aragua como una organización terrorista. Estos buscan cortar los canales financieros y operativos del grupo criminal, cuya red se ha infiltrado en gran parte del continente a través del narcotráfico y el crimen organizado.
Paralelamente, el Departamento de Justicia presentó cargos contra San Vicente y otro líder de la banda, José Enrique Martínez Flores, detenido en Colombia en marzo pasado. Ambos se enfrentan a acusaciones por conspiración para traficar cocaína hacia EE.UU. y colaboración con organización terrorista. Las autoridades norteamericanas han intensificado su ofensiva legal y diplomática para desmantelar la estructura delictiva del Tren de Aragua a nivel internacional.