Un hecho inédito se vivió esta mañana en la Sala de la Cámara de Diputados, cuando la sesión programada debió ser declarada fracasada debido a la ausencia de más de 100 parlamentarios. Para iniciar cualquier sesión se requieren al menos 50 diputados presentes, pero esta vez el quorum no se logró y no se pudieron discutir ni votar los proyectos agendados.
La situación generó escenas insólitas dentro del Congreso, con algunos diputados corriendo para intentar llegar a tiempo mientras otros se encontraban en reuniones, declaraciones de prensa o simplemente tomando un café. Como medida de control, se implementó un protocolo que restringió el ingreso a la Sala y a los pasillos contiguos, dejando constancia de asistencia solo de quienes estaban presentes.
Tras el bochorno, los ausentes fueron multados con un 2% de su dieta, salvo aquellos con permisos especiales por estar en comisiones autorizadas. Ante lo sucedido, se citó a un comité para coordinar una nueva sesión más tarde, aunque el presidente de la Cámara podría convocar de manera unilateral si no se logra un acuerdo. Este episodio refleja la tensión de los parlamentarios por la cercanía de las elecciones del 16 de noviembre, que ha priorizado la campaña sobre la asistencia a Sala.