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Científicos evidencian presencia de plaguicidas peligrosos y prohibidos en la orina de escolares de Talca y San Clemente

Un llamado de atención a nivel país respecto del uso y control de plaguicidas organofosforados, tanto en predios agrícolas como en los hogares de trabajadores del sector, es el que realizaron investigadores de la Universidad Católica del Maule, quienes dieron a conocer los resultados de un acucioso estudio que durante tres años midió la presencia de estos neurotóxicos en la orina de escolares y la percepción de riesgo por parte de la comunidad sobre el tema.

Con apoyo de Fondecyt, el equipo de científicos liderados por la Dra. María Teresa Muñoz, midió e hizo el seguimiento durante dos años de los metabolitos de plaguicidas organofosforados presentes en la orina de niños pertenecientes a comunidades escolares rurales de Talca y San Clemente.

Además, evaluaron la percepción de riesgo a la exposición y efectos en la salud de los organofosforados a través de un cuestionario. Los resultados preliminares fueron comunicados al pleno del Comité Regional de Plaguicidas (COREPLA) congregado en Talca.

“Estas comunidades están altamente expuestas a plaguicidas, no solamente por vivir cerca de predios agrícolas, sino también porque sus padres trabajan en el mundo agrícola y traen de su trabajo plaguicidas que utilizan dentro del hogar, lo que es peligroso porque esos plaguicidas no son de uso doméstico”, aseguró la Dra. Muñoz, realidad que es compartida en otras zonas del país que trabajan con estos elementos de control de plagas.

PREOCUPANTES RESULTADOS

Junto con la medición en la orina de los escolares, el equipo de la Universidad Católica del Maule realizó una intervención enfocada en aumentar la percepción de riesgo y potenciar las conductas de autocuidado frente a la exposición a plaguicidas.

Como resultado de esta intervención se observó el desarrollo de más conductas de autocuidado por parte de los padres, la disminución del uso de plaguicidas al interior de los hogares y la generación de cambios en el tratamiento de alimentos, principalmente vegetales.

“Por otro lado, los niños también presentan más conocimiento de la temática de plaguicidas y tienen conductas de autocuidado”, indicó la investigadora. Sin embargo, pese al positivo efecto anteriormente descrito, no hubo cambios respecto de los metabolitos de plaguicidas en la orina de los niños.

Por el contrario, estos aumentaron en la medición de noviembre (la primera fue realizada en septiembre, antes de la intervención), encontrándose además en la orina de los escolares la presencia imprevista de un plaguicida que por normativa está prohibido en Chile hace décadas debido a su alta peligrosidad.

“Lo que más nos preocupó es que apareció en la orina de los niños un plaguicida prohibido en Chile desde el año 2000 denominado Paratión, el cual es altamente peligroso y tóxico para la salud y el medio ambiente, porque tiene comprobados efectos cancerígenos y neurotóxicos, no estando permitida su venta en Chile”, afirmó la Dra. María Teresa Muñoz, afirmando además que, de acuerdo a lo que le comentaron algunos participantes en el estudio durante el trabajo de campo, estos plaguicidas estarían siendo usados para exterminar plagas grandes como roedores.

“Nos preocupó porque además encontramos otros plaguicidas que intuíamos que aparecerían, como Clorpirifos, Diazinon y otros que no son organofosforados como Piretroides y el Herbicida 2,4-D. Este último también resulta preocupante ya que tiene efectos a nivel reproductivo. En este sentido, es de central importancia fortalecer la normativa para prohibir el uso de los plaguicidas más peligrosos, y aumentar el control en las aplicaciones y la venta de plaguicidas, así como también la vigilancia respecto a la presencia de residuos de estos tóxicos en vegetales, animales y humanos”, agregó la investigadora UCM.

“Encontramos en el campo familias que aplican Tánax –insecticida organofosforado- a sus hijos en sus cabezas para controlar la pediculosis, aplican en los sillones y frazadas para evitar parásitos de distinto tipo como pulgas u otros. En la medida que se cambien esas conductas y elimine esa acción, obviamente se reducen los riesgos”, expresó la Dra. Liliana Zúñiga, quien hoy está postulando un proyecto de investigación para abordar la vigilancia epidemiológica en trabajadores migrantes del sector agrícola.

En esta misma dirección, el equipo de investigación proyecta postular a fondos regionales para una innovación social que permita mitigar la exposición a plaguicidas en comunidades agrícolas, en un esfuerzo coordinado por el Dr. Claudio Fredes.

PLAGUICIDAS Y DEPRESIÓN

La literatura científica mundial, cuenta la Dra. Muñoz, ha dado luces desde hace décadas sobre los efectos negativos en la salud de las personas que están expuestos a plaguicidas organofosforados. Entre estos efectos, se ha comprobado una relación con el desarrollo de ansiedad y depresión, lo cual puede conducir a ideación suicida.

“En una investigación anterior, también encontramos ansiedad en trabajadoras agrícolas aplicadoras de estos productos, lo que tiene que ver con otros factores relacionados, como es la función que hacen en el ámbito ocupacional, el uso de elementos de protección personal, la falta de capacitación en el tema, la vulnerabilidad social y un bajo nivel de escolaridad. Es un tema multicausal y no es solo porque los plaguicidas generen directamente efectos en la salud, sino que se dan condiciones sociales, económicas y de susceptibilidad genética que observamos que potencian estos estados y que redundan en que las personas estén más vulnerables”, sostuvo.

Fruto del proyecto Fondecyt de iniciación (11150784) “Intervención educativa sobre exposición y efectos de plaguicidas organofosforados en comunidades escolares rurales”, el equipo de investigadores desarrolló diversos textos y materiales didácticos orientados a educar a la población adulta e infantil. Este material enfatiza el desarrollo de una mayor conciencia del riesgo al que están expuestos quienes no sigan las recomendaciones para el manejo adecuado de plaguicidas y la entrega de conocimientos respecto a diversas medidas simples con las que se pueden aminorar los efectos de estas peligrosas sustancias de uso cotidiano en el mundo agrícola en Chile.

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