Las proyecciones económicas indican que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría cerrar diciembre de 2025 con una variación negativa, entre 0% y -0,2%, marcando una señal de enfriamiento inflacionario. De concretarse este escenario, la inflación acumulada se ubicaría bajo el 3% durante los primeros meses de 2026, alejándose de los niveles que presionaron con fuerza el costo de la vida en años recientes.
Según expertos consultados, esta tendencia estaría explicada por factores como la estabilización del tipo de cambio, la baja en los precios internacionales del petróleo y un mejor desempeño del cobre, impulsado por una mayor demanda externa. Este contexto permitiría una contención de precios en bienes y servicios clave, beneficiando directamente el presupuesto de los hogares.
Además, los analistas proyectan que, de mantenerse estas condiciones, las tasas de interés podrían registrar nuevas bajas en los próximos meses, favoreciendo el consumo y la inversión. No obstante, advierten que el escenario seguirá dependiendo del comportamiento de los mercados internacionales, por lo que llaman a la cautela frente a eventuales cambios en el contexto global.

