En su gira por la región de Valparaíso, el presidente Gabriel Boric volvió a apuntar —aunque sin nombrarlo directamente— al mandatario de Estados Unidos, Donald Trump.
Lo hizo al referirse a líderes que —según dijo— “todavía se atreven a negar” realidades que considera evidentes, como la crisis climática.
Boric reafirmó que cree en la ciencia y que los gobiernos tienen la responsabilidad de adaptarse a las nuevas condiciones y combatir el calentamiento global.
Y, aunque su mensaje tuvo un tono internacional, sus palabras no están exentas de lectura política interna.
Analistas advirtieron que este tipo de intervenciones puede impactar en la candidatura de Michelle Bachelet a la ONU y en la campaña presidencial de Jeannette Jara, respaldada por el oficialismo.
Según el director de Criteria, Cristian Valdivieso, la figura del Presidente —por el peso de su investidura y su estilo comunicacional— corre el riesgo de eclipsar o tensionar ambas apuestas.
Para el sociólogo Alberto Mayol, en tanto, el presidente Boric buscó evitar el “síndrome del pato cojo” y mantener protagonismo político, resistiéndose a la pérdida de poder que enfrentan los mandatarios al final de su período.
En la misma línea, el académico de la Facultad de Gobierno de la UDD, Guido Larson, sostuvo que Boric, al acercarse al fin de su mandato, tiene más margen para tensionar con EE.UU. al asumir menos costos políticos.
La arremetida del Mandatario conecta directamente con la postura que ya había planteado en la Asamblea General de la ONU, cuando acusó a quienes niegan la crisis climática de “mentir” y de traspasar ese costo a los países más pobres.

